Prefacio
La Organización de las Naciones Unidas estima que para el año 2050, el porcentaje de la población urbana a nivel mundial será de alrededor de un 60% (ONU, 2014), esto implica imaginar a toda la población de China e India migrando hacia las ciudades del mundo para 2050. Este proceso de urbanización generalizada traerá consigo el incremento de demandas de infraestructura y servicios urbanos, siendo las zonas urbanas que más bajos recursos per cápita tienen -África Subsahariana, Sur de Asia y América Latina- las que mayores dificultades enfrentarán para resolverlo. (Beard, Mahendra, y Westphal 2016).
En ese sentido, uno de los desafíos más grandes que enfrentan las ciudades en el mundo es el incremento de la cantidad de vehículos privados y la construcción de infraestructura para contenerlos (Beard, Mahendra, y Westphal 2016), a pesar de que la gran mayoría de los habitantes urbanos del sur global siguen dependiendo del transporte público, de los traslados a pie y en bicicleta para realizar la mayoría de sus desplazamientos cotidianos.
El crecimiento del parque vehicular y la prioridad en dotación de infraestructura ha traído consigo externalidades negativas como la congestión vehicular, siniestralidad vial y la contaminación atmosférica (Estupiñan et al. 2018), trayendo consigo graves consecuencias en la calidad de vida de las personas. Ante este escenario, se vuelve necesario buscar soluciones para promover una movilidad más sustentable y equitativa mediante el uso generalizado de modos activos -a pie y en bicicleta- y el transporte público, que permitan desincentivar el uso de automóviles y garantizar la accesibilidad a los servicios públicos que ofrece la ciudad.
Por ello, el World Resources Institute México, a través de la plataforma de innovación de Propulcity, ha desarrollado la Guía para la implementación del Plan Organizacional de Movilidad Urbana Sustentable, dirigida a la mejora de los desplazamientos a centros de trabajo y escolares, cuyos viajes aportan un aproximado de 77% del total de viajes que se realizan en México (SEDATU, 2018).
El Plan Organizacional de Movilidad Urbana Sustentable (POMUS), apela a la mejora de los desplazamientos de los integrantes de organizaciones públicas y privadas a través de la propuesta de cuatro estrategias que priorizan el uso de modos de transporte no motorizados (a pie y en bicicleta), seguidos del transporte público, y, finalmente, del uso eficiente de los vehículos particulares (compartidos y eficientes), reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y sus impactos en el ambiente y en la salud de las personas.
Con la implementación de un Plan Organizacional de Movilidad Urbana Sustentable, las organizaciones obtienen valiosos beneficios, como la reducción de costos internos, aumento del rendimiento de sus integrantes, disminución de enfermedades y gastos de salud asociados a la contaminación del aire y a siniestros viales, entre otros.
La estrategia de movilidad sustentable del POMUS es consecuente con la filosofía ASI (Avoid, Shift, Improve; Evitar, Cambiar, Mejorar), que busca disminuir el tráfico al reducir el número de autos en las calles (estrategias de movilidad activa, reducción del uso del vehículo particular, reducción de viajes al trabajo), cambiar la percepción de seguridad en el transporte al aumentar su fiabilidad y mejorar la calidad del transporte público al ofrecer información en tiempo real a los usuarios (estrategia de fomento al transporte público y semi-masivo).
Para lograrlo, las medidas que se sugieren en el POMUS parten de la comprensión de los patrones de movilidad de los colaboradores y las condiciones de infraestructura de la organización para dar paso a la implementación de estrategias que respondan a su contexto. Esto resulta innovador, pues a diferencia de otros planes de movilidad, propone comprender antes de ejecutar, haciendo uso de acciones de fácil comprensión y ejecución, asequible para cualquier organización que desee mejorar la movilidad de sus integrantes.
En el World Resources Institute México, contamos con experiencia en la búsqueda de soluciones de movilidad en las ciudades, brindando asesoría y acompañamiento en la planeación, implantación y operación de Sistemas Integrados de Transporte y Sistemas BRT (Bus Rapid Transit), en acompañamiento al Programa Federal de Apoyo al Transporte Masivo (PROTRAM), en Planes Integrales de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS), en el Fortalecimiento de la seguridad de los sistemas de transporte y, en temas de movilidad empresarial, con el programa Óptimo, que busca la optimización de la movilidad organizacional mediante la implementación de políticas corporativas y acciones de prácticas encaminadas a reducir el impacto que generan los viajes relacionados con el trabajo y escuela en la movilidad de la ciudad.
El Plan Organizacional de Movilidad Urbana Sustentable (POMUS) pretende, así, generar un debate entre el gobierno y las instituciones sobre la importancia de atender la movilidad urbana en las organizaciones, a fin de contar con un marco normativo que establezca como una obligación la implementación de estos planes en las organizaciones. Entendemos que la gestión de la movilidad organizacional muestra que la responsabilidad de la movilidad en las ciudades no sólo es del gobierno: la participación de las organizaciones públicas y privadas es fundamental en la construcción de soluciones innovadoras que permitan trascender el pensamiento sectorial aislado y las soluciones fragmentadas para dar cabida a ciudades más prósperas.
Fernando Páez
Director de Movilidad / Director de Movilidad WRI México